MÉXICO EN LA VÍA DEL SOCIALISMO «SIGLO XXI”

Hace 27 siglos, los pensadores griegos se hacían una serie de preguntas, de entre las que rescato dos ¿Quién debe gobernar? y ¿Cómo debe gobernar? Estas preguntas traían implícitas dos cuestiones fundamentales, la primera, establecer un orden para que “el pueblo”, como se le llamaba a la sociedad en la antigüedad, pudiera convivir e interactuar en paz, armonía y buena vecindad. La segunda, procurar la toma de decisiones económicas para que “el pueblo”, tuviera garantizados los bienes básicos para su bienestar.

Materializar estas dos cuestiones era una tarea fundamental del Estado, en la que se involucraban dos ciencias emergentes que desde la antigüedad, consciente o inconscientemente, han venido caminando de la mano sin soltar una a la otra: la política y la economía, y cuando por algún error, una subordina a la otra, normalmente tiene consecuencias casi siempre conflictivas, críticas y desafortunadas. Ambas, aunque menos parecidas o muy atropelladas por algunos políticos empíricos y pragmáticos, continúan siendo fundamentales para la buena marcha de cualquier sociedad. Gobernar y dirigir la economía de una sociedad no puede ser una frivolidad, porque en ello se juega el bienestar y la felicidad de toda una sociedad, de todos.

Después de 27 siglos transcurridos, aún y cuando las ciencias en todas sus áreas han avanzado inimaginablemente, las sociedades contemporáneas, sin temor a equivocarme, en todos los países del mundo nos continuamos haciendo las mismas preguntas ¿Quién? y ¿cómo debe gobernar? Respuestas someras hay muchas, tantas como líderes hay en un país, tantas como partidos políticos hay, algunas buenas, otras inciertas, otras francamente carentes de sentido común. Las mejores ideas casi siempre surgen de la sociedad pero difícilmente son escuchadas por la clase política, que está obsesionada con el poder y no con el servicio público, salvo a honrosas excepciones.    

En este orden de ideas y en este sentido, la presente reflexión busca ofrecer alguna información que nos permita tener mayor claridad, respecto a cuántos hay, cuáles son y dónde están, los sistemas o modelos político-económicos vigentes en el ámbito público mundial. También nos preguntamos cuál de ellos puede ser el más apropiado para que una sociedad, cualquiera que ésta sea, elija alguno de estos sistemas para gestionar su desarrollo integral e incluyente con democracia, calidad de vida y visión de futuro.

Dice Fernando Savater que: “pensamos el futuro de nuestros países, de nuestra democracia desde conceptos brumosos y a veces caníbales como el concepto de pueblo y etnia, conceptos cerrados que tienen más referencia al pasado que hacia el presente y futuro”. Quizá este sea uno de los paradigmas que las sociedades contemporáneas tenemos que vencer, para pensar nuestro futuro con mayor responsabilidad, desde la inteligencia prospectiva y no desde nuestras añoranzas y frustraciones pensando que “todo pasado fue mejor”, esto es insostenible desde un punto de vista científico, y la conducción responsable de una sociedad debe hacerse con auxilio irrestricto de parámetros socialmente científicos y no atendiendo a corridos musicales populares.

Las reflexiones que hoy ponemos a consideración, ofrecen referencias, datos y citas de destacados autores, así como, reflexiones propias sobre los distintos sistemas político-económicos, pero solo de aquellos que son relevantes y tienen vigencia en alguna parte del mundo, a los que nos iremos refiriendo de una manera sucinta y con algunos juicios de valor, tratando de resaltar aspectos que desde una óptica neutral, pudieran ser favorables o desfavorables para la toma de decisiones públicas del ciudadano y la sociedad en su conjunto.

En la investigación encontramos que son seis los principales sistemas político-económicos que se encuentran vigentes, y a los que nos vamos a referir en estas páginas, son los que por su condición vigente generan mayor o menor expectación,  a saber:

1.- El sistema económico neoliberal, uno de los más antiguos y considerado una derivación del antiguo capitalismo de la primera y segunda revoluciones industriales, ocurridas en el Reino Unido y Europa a mediados de los siglos XVIII y XIX, respectivamente. Organizativamente y a nuestro juicio, es el más consolidado y financieramente autosostenible, y que, con algunas variantes se practica en más países del mundo.

Es un sistema que promueve la libertad individual, la economía de mercado, impulsa los estilos de vida democráticos, la innovación y el desarrollo tecnológico, el bienestar social basado en la política fiscal para el bienestar social, así como, en el desarrollo de las capacidades y competencias individuales.

Su implementación en países emergentes ha sido fuertemente cuestionada porque se le atribuyen las causas del subdesarrollo y la dependencia de las naciones no desarrolladas, sin embargo, parece que la herramienta no es la causa de tales desgracias, más bien, parece ser, que las causas están en el deficiente uso de la herramienta, en la falta de pericia para su implementación, toda vez que la clase política de esos países, no ha sabido encontrar los elementos técnicos de política pública necesarios para una aplicación exitosa que genere resultados progresivos.  

2.- El “socialismo real”, surgió a principios del siglo XX tras la caída de la Rusia Zarista, y con el triunfo de la revolución socialista de octubre de 1917, a diferencia del capitalismo que surge en los talleres, fábricas y el comercio, el “socialismo real” surgió cuando Vladimir Ilich Lenin puso en práctica la teoría del socialismo científico de Carlos Marx, este es un régimen político-económico caracterizado por la instauración de un Estado todo poderoso, que en lo político promueve “la dictadura del proletariado” y en lo económico ejerce una economía centralizada al poder público basada en la propiedad estatal absoluta.

En la segunda mitad del siglo pasado, por la falta de resultados tangibles, la Unión de Repúblicas Socialistas cayó en una crisis social alimentaria y política muy grave, la represión que ejerció el régimen hacía las expresiones de inconformidad fue sin precedente, se estima que los muertos y encarcelados por falta de libertades políticas, alcanza un número equiparable a los fallecidos en la segunda guerra mundial. En 1930, la Unión de Repúblicas Socialistas, y Ucrania en particular, por falta de libertad política y económica vivieron la hambruna más devastadora de que se tenga registro histórico.

Fue en 1985, cuando las reformas conocidas como La Glasnost y la Perestroika, de Mijaíl Gorbachov, devolvieron parte de las libertades y derechos fundamentales a los ciudadanos y reestructuraron algunos aspectos para regresar la libertad de participación social en la economía de mercado. Hoy, aun bajo un régimen autoritario, las generaciones de rusos y exsoviéticos gozan de mejores condiciones de libertad y bienestar, que aquellas condiciones que conocieron y vivieron sus abuelos y padres.

3.- La Socialdemocracia europea, surgida en el siglo XIX como una tercera vía entre el capitalismo y el socialismo real del siglo XX, es un sistema político económico, que retoma lo mejor de la libertad política y económica del liberalismo, a la que agrega algunos elementos estratégicos de control estatal, como la política fiscal y de algunos recursos naturales, con ellos construye regímenes políticos basados en la libertad individual, la democracia institucional representativa, y en lo económico garantiza un Estado de Bienestar y equidad para todos los ciudadanos.

En opinión de uno de los más rigurosos estudiosos de estos temas como lo es el economista francés Thomas Piketty, aún con sus pros y contras, este “es el régimen más democrático y redistributivo que ha conocido la humanidad en toda su historia”.

4.- El populismo autoritario o “socialismo del siglo XXI”. En la década de los ochenta del siglo pasado, en América Latina se empezó a generalizar la versión que pregona el fracaso del neoliberalismo en los países del subcontinente, y en estas décadas, parecía que los países de Latinoamérica estaban frente a una disyuntiva, en la que tenían que decantarse entre corregir errores para continuar por la vía de crecimiento  económico neoliberal u optar por una  forma de gobierno más parecida a la socialdemocracia europea.

En cualquiera de estos sistemas, el ciudadano debería tener garantizados no solo sus derechos humanos, políticos y sociales a plenitud, sino también un conjunto de satisfactores básicos para asegurar su bienestar, algunos países intentaron la opción socialdemócrata, son los casos de Chile y Uruguay, aunque también se dice que su nivel de industrialización no dio para la instauración de una socialdemocracia con la formalidad europea, en otros casos como México, en lo económico se adhirieron de forma tangencial al sistema neoliberal, conservando en lo político, la vertiente social que buscaba algo parecido al “Estado de Bienestar”, los esfuerzos minados por la corrupción no alcanzaron para lograr este objetivo.

No obstante, en algunos países también latinoamericanos, reaparecieron corrientes políticas que de la mano de líderes y gobernantes pragmáticos y mesiánicos, se dieron a la tarea de impulsar gobiernos populistas de tipo plebiscitario, que invocando la democracia han resultado ser todo lo contrario, son gobiernos que inician destruyendo la división de poderes republicanos, el federalismo, las instituciones de participación ciudadana, los organismo independientes y, en lo económico, destruyen la economía de libre mercado y regresan a los antiguos regímenes estatistas de tipo absolutista.

Este es un estilo de gobierno más ideológico que económico, menosprecia la ciencia económica y gobierna con doctrinas ideológicas, con manuales y distractores propagandísticos, al final de cuentas terminan siendo reminiscencias restauradas de regímenes socialistas totalitarios de tipo estalinista, tales son los casos de: Cuba, Venezuela, Nicaragua,  Perú (en el gobierno de Evo Morales), y si hay que llamar a las cosas por su nombre, ya se debe incluir en esta lista a México, pues su presidente Andrés Manuel López Obrador, está siguiendo el manual típico de este estilo de gobierno: concentrar el poder en una persona, subordinar a los demás poderes republicanos, destruir las instituciones de participación ciudadana, enjuiciar sumariamente a sus opositores en tribunales populares, desmantelar la economía de mercado, para edificar nuevamente una economía estatizada. La vía está emprendida, dependerá de los mexicanos este predecible regreso al caos de mediados del siglo XX.

5.- El socialismo participativo, ésta es una propuesta que merece nuestra mayor atención, pues desde el punto de vista de su promotor Thomas Piketty, es un planteamiento de reforma a la socialdemocracia europea, un modelo que combina la propiedad privada del neoliberalismo con formas de propiedad estatal y social, funciona sobre una base de economía de mercado estatalmente regulada, con una política fiscal progresiva y redistributiva.

Una reforma que sin duda ayudará a resolver algunos de los problemas e inflexiones que está enfrentando la socialdemocracia actual. Es un sistema que puede ayudar en la construcción de sociedades más redistributivas, juntas y con crecimiento económico sostenido y sostenible, mediante la aplicación de una política económica orientada a mejorar la productividad y la redistribución equitativa de la renta nacional.

Se trata de un modelo que también podría ser una salida viable para otras sociedades no europeas, que están atrapadas en problemas políticos y económicos que no les permiten avanzar. No obstante, desarrollar e implementar este modelo conlleva una importante sensibilidad técnica gubernamental y una participación ciudadana consciente y colaborativa, parece que Holanda, Finlandia, Escocia y Francia, entre otros países, se están moviendo cautelosamente hacia esta dirección.

6.- El Nuevo Orden Económico Internacional, este es un modelo que está empezando a practicar la llamada Euroasia, y que se presenta como una mezcla político-económica de los modelos gubernamentales de Rusia y China, con la inclusión de algunos elementos tomados de otros países aliados con los que están conformando un nuevo bloque económico mundial: Irán, Irak, La India, Cuba, Venezuela, entre otros.

Este parece ser un modelo macroeconómicamente disruptivo, que por desfortuna está impulsado por una intencionalidad más política que de viabilidad económica. Teórica y técnicamente parece estar bien planteado, aunque su motor político es la intención disruptiva de disputar a EUA y Europa la hegemonía económica y política mundial.

Como quiera que sea, es una opción que debemos estudiar con el mayor cuidado posible, para anticipar a la sociedad sobre sus bondades e inconvenientes, pero es muy probable que los países populistas y antineoliberales del mundo se adhieran a él, y con ello, el mundo regresará a la peligrosa bipolaridad económica y política.   

Con el propósito de coadyuvar en la evaluación y comprensión de cada sistema o modelo, a continuación presentamos una síntesis de sus principales características:

Nota: Elaboración propia

Este parece ser el abanico de “modelos” que las sociedades de todos los países tienen para definir su futuro, y como hemos adelantado brevemente, cada uno de ellos tiene pros y contras, de tal suerte que las sociedades del presente y del futuro, deben ser muy cuidadosas a la hora de elegir a sus gobiernos, pues éstos deben ser personas y partidos políticos que presenten previamente un programa de trabajo que la sociedad pueda estudiar con detenimiento, pues con toda seguridad estarán eligiendo una de las opciones anteriormente mencionadas, de tal suerte que al elegir a uno u otro, se estarán comprometiendo con un futuro que ya está contemplado prospectivamente por muchos pensadores y hombres de ciencia política y económica. En las futuras elecciones, la sociedad se jugará su libertad, su bienestar y su felicidad por generaciones.

El propósito de este trabajo es presentar en muy pocas palabras, una perspectiva que permita a los lectores, tener una referencia brevemente documentada para que la participación electoral ciudadana vaya a las urnas democráticas (los que aún gocen de esa oportunidad), con una idea más clara de lo que ello implica, y aunque dice el refrán popular mexicano que “el camino al cielo está empedrado con buenas intenciones, y que el cielo está lleno de arrepentidos”, creemos que en la tierra y en política hay que pensar muy bien nuestras opiniones, decisiones y acciones, porque sin duda cada una de ellas tiene consecuencias para nosotros y nuestras familias, cuidemos que estas decisiones sean las mejores y no las peores como suele suceder, cuando se elige a personajes o partidos que no tienen proyecto alguno, en esos casos, se está eligiendo una aventura peligrosa, toda vez que, generalmente después la propia sociedad constata con tristeza que su elección resultó ser una mala experiencia y un lamentable retroceso muy costoso para las posteriores generaciones.        

J. Lauro Sánchez López

J. Lauro Sánchez López

Lic. en Economía y Filosofía, Puebla, Mex.

Deja un comentario